martes, 1 de enero de 2013

Sanar con sonido....



Pequeño fragmento de un articulo sobre el baño sonoro.

 El desarrollo del individuo y su relación con la música y el sonido.


El hombre esta inmerso en el mundo del sonido, incluso antes de su nacimiento, el que exista nos permite comunicarnos, establecer relaciones personales etc. "en el tiempo no hay respiro para la percepción sonora, activa de día como de noche: solo se apaga con la muerte o la sordera total."(2) Al lactante el mundo se le manifiesta, entre otras cosas, a través de sonidos.

Como sabemos el bebé ha venido al mundo con un cuerpo biológico, cuando el bebe nace, sale de un mundo en el que estaba protegido a otro en el que existirán envolturas diferentes que también cumplirán el papel de proteger. Una de estas es la envoltura sonora como sensación que se construye a partir de vivencias sonoras cotidianas como por ejemplo, los ruidos, música, palabras, voces, vibraciones, silencios del entorno familiar. Entonces, de allí se concluye a un ?vivenciar sonoro? (todo lo que se incluye en la experiencia sonora cotidiana) en que los estímulos son el resultado de sonidos y silencios haciendo que se mezclen las sensaciones, la percepción, la emoción, la interpretación y la fantasía.


El baño sonoro reúne algunas características de este vivenciar sonoro "esta noción de baño sonoro introduce algo que no es propio de lo sonoro sino de la cenestesia, la ingravidez, que por mi parte lo asocio con la música"(3), esto significa que el movimiento musical tiende a llevarnos ingrávidos, uno se siente arrebatado, transportado, acunado o danzante, en un movimiento que se hace por placer y que Lecourt lo compara con la gesticulaciones del lactante en brazos, con las cualidades del ?Holding? materno explicado con anterioridad.

Como mencionamos, la importancia de la relación madre-hijo es fundamental para el desarrollo del bebé, la voz de la madre tiene mucho significado para el último, de acuerdo al tono de voz que ella emita, al ritmo en el cual se le hable, o la calidad, frialdad o acritud de la voz emitida puede, por ejemplo, calmar o perturbar al niño.

Antes del laleo (precursor de la palabra) el llanto o el grito tienen el significado de llamada de atención y expresan el ansia por un objeto. Cuando el bebé experimenta diversas sensaciones como el frío, el hambre, el fastidio, molestias, ansiedad etc. siente lo que se le es negado como un ataque y como una ausencia definida del objeto, entonces es allí donde la voz de la madre puede tranquilizarlo sin necesidad de abrigarlo.

Este vínculo es necesario para el desarrollo de la ?personalidad sonora del individuo? o ?subjetividad sonora; cuando la relación madre-hijo es profunda se llega mucho más rápido a la comunicación, de esta manera la madre puede tener una buena compresión de lo que el bebé necesita en ese momento. Esto significa que cuando el pequeño tiene incapacidad para comunicarse, la voz de la madre puede calmar esa carencia y compensar de alguna manera la frustración del recién nacido.

Por otro lado, la música cumple un papel tan importante como el anterior, es necesaria una interacción de mundo externo e interno donde la música oída en la infancia enriquece su mundo interno tanto como la voz de los seres que lo rodean. Tal es así que las primeras experiencias auditivas pueden generar que sea la música la que el individuo elija para elaborar las ansiedades depresivas y paranoides.

La reacción que puede tener la música sobre el organismo en el ser humano parece no tener límites, pueden llegar a ser muy beneficioso tanto a nivel psicológico como orgánico. Por ejemplo, sobre el sistema nervioso y el respiratorio, en casos donde se observan ataques histéricos o convulsiones, la música puede generar un estado de tranquilidad, así como en palpitaciones o estremecimientos de los niños.
Paula Lubranecki octubre 2000

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